REPORTAJES · DOCUMENTALES
The Clericus Cup is a football tournament, sponsored by the Vatican and organized by the CSI (Italian Sport Centre) for members of the pontifical institutions of the province of Rome. The players are all priests or future seminarians, mostly non italians, and games are held at the Oratory of St. Peter’s in Rome, overlooking the dome.
“No quiero morir sin sentir cicatrices”, la cita retumbaba en la cabeza de Oriol Segon, el fotógrafo que durante varias jornadas se ‘incrustó’ en la piel de varios combatientes de kickboxing cerca de Barcelona.
No ganarán ni una Olimpiada ni ningún Mundial de Fútbol. Pero estos agarridos deportistas se entranan duro para competir cada verano contra sus vecinos en el arte de la sega, sierra o tiro de cuerda.
Llega el buen tiempo y los adictos al gimnasio aumentan a ritmo vertiginoso. Siguiendo el modelo norteamericano, se impone el entrenador personal y las nuevas técnicas en lo que empieza a ser un negocio: 12.000 instalaciones y 4 mil millones de euros de facturación anual.
Lejos de los deportistas de alta competición, existen personas cuya vida no se entiende sin el deporte blanco. Gente que disfruta de la temporada de la nieve con la práctica de esquí de montaña, el snow board o las carreras de trineos.
Cada fin de semana 600.000 españoles salen a dejarse la piel en el campo. Juegan por placer, a cambio de nada, por amor al deporte por excelencia.
Danza del vientre, pilates, luchas medievales o capoeira. Cada vez más gente busca pasarlo bien y hacer ejercicio. Ya lo afirman los expertos: cuando bailamos ejercitamos casi todos los músculos del cuerpo, mejoramos la elasticidad corporal, la capacidad de movimiento y la potencia cardio-respiratorio. ¿Qué más se puede pedir?
Visten su cabeza con un yelmo y su reino es un castillo de cristal. No son caballeros andantes. Son buceadores atraídos por el frío de los lagos del Pirineo. Texto y fotos: Josep Maria Castellví 11 fotos color / 1.651 palabras
Este trabajo nos permitió acercanos a un piloto de F-1, cosa tremendamente complicado. Pedro Martínez de la Rosa, el único español de los 22 pilotos que compitían en el mundial del 2004 conduciendo un Jaguar, fue una excepción. Sobre como piensa una mente a 350 km/h trata este reportaje.
Parecía un terreno exclusivo de los hombres, cuando no uno de los últimos reductos del machismo. Pero la afición de las mujeres por este deporte ha ido en aumento, primero como espectadoras y a continuación como jugadoras. Ahora el fútbol femenino es aún minoritario pero se abre camino gracias a la pasión de miles de…